Levantar el puño y esconder la mano

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Los tiempos en política siempre son difíciles. Mantener a flote el programa en el barco del día a día provoca discutir y defender contradicciones.

La política, en el imaginario social, se desarrolla en el voto, en el espacio institucional, parlamentario o en los plenos de los ayuntamientos. Es en este espacio donde se refleja la honestidad, las dobles caras y las múltiples caretas.

Hace poco hemos visto en La Isla cómo el partido «Ciudadanos» escondía un programa, silenciaba su discurso, apostó por los sillones aunque para ello tuviesen que subir a la ciudadanía el IBI. Pero era de esperar de un partido que nació para la derechización de la sociedad y ser la «justificación bisagra» del PSOE. Un partido al que Susana Diez dijo, tras la expulsión de IU del gobierno de Andalucía, “Ahora Sí”, lema recuperado por el «sanchismo 2.0».

Y es el PSOE el partido de las múltiples caras, de esa figura poliédrica indefinida, con tantos argumentos como tantas caras pueda tener la figura. Abanderando un rojo descafeinado y argumentos sociales vacíos de presupuestos. Se viste de domingo en la oposición con argumentos de izquierda, pero cuando toca gobernar brota el «OTAN sí», el abandono del federalismo, la desindustrialización de nuestra Bahía, la justificación de las privatizaciones públicas o del mantenimiento de las reformas laborales de la derecha… por el interés general. Es el partido de la cara pública y la mano privada.

Hemos visto que ministras del PSOE en León levantaron el puño y después de una llamada al orden de Aznar, fueron reprendidas como en el pasado; el maestro y la regla nos enseñaba esa educación a base de represión. O cuando hace un año Pedro Sánchez recuperó «La Internacional Socialista» con puño en alto, y en Ferraz se gritaba con “Rivera NO, con Iglesias SÍ”.

Los propietarios de nuestras vidas lo llamaron, lo sentaron y le obligaron a esconder la mano para no levantar el puño. Para que, “Ahora SÍ”, sigan durmiendo tranquilos.

Gonzalo Alías
El callejón de las migajas




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