«El miedo no es causa de absentismo» fue la barbaridad que escupió ayer el Consejero de Educación, Javier Imbroda, a las madres y padres de escolares en La Línea de La Concepción. Se atreve a decirlo en una localidad donde la incidencia de contagios está en 2400, más del doble de lo estipulado por la propia Junta de Andalucía para obligar el cierre de la llamada «actividad comercial no esencial». Pues sí, señor consejero, hay miedo. Miedo a contagiarse de una enfermedad que puede ser mortal y dejar graves secuelas. Miedo porque desde el inicio de esta tercera oleada se nos viene aconsejando que salgamos de casa lo menos posible.
Miedo también por un gobierno autonómico que, por un lado se queja de no tener competencias para obligar el confinamiento domiciliario, que nos recomienda que no salgamos a la calle a partir de las 20:00, que en la medida de lo posible nos encerremos «voluntariamente», y a la vez permite que los escolares y docentes acudan a los centros.
Miedo porque se reconoce que las UCI están desbordadas, que se han cancelado operaciones… pero para Imbroda esto no es causa justificada para tener miedo y se atreve a «advertir» a las madres y padres de una de las localidades más castigadas por esta tercera ola de la pandemia.
Pues sí, consejero. Tenemos derecho a tener miedo de que los menores se contagien, de que contagien y de seguir desbordando la actividad sanitaria, tan necesaria. Que ya lo escribió Cervantes en su Quijote cuando dijo aquello de que el exceso de valentía se convierte en temeridad. Y eso es lo que es usted a tenor de lo que se atrevía a advertir a madres y padres preocupados por su salud y la de su entorno. Es usted un temerario. Métase su concepto de «responsabilidad», y el de «sentido común», en su bolsillo roto de la decencia.