De la dignidad y la memoria (parte II)

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Pepe, vuelvo a escribirte. No tenía en mente echar a volar esta carta pero las noticias llegan cuando uno menos se lo espera. Para que me llamaran la atención tu relato de Payarés y tus lirios silvestres, nuestro camarada Antonio me convenció de que leyera tu Trigo Tronzado, de que sintiera la rabia que se siente cuando sólo se puede comer una poleá al día.

Pepe, vuelvo a escribirte. 83 años han pasado desde que los fascistas fusilaron a Cayetano Roldán. 27 años desde que lo denunciaste en Trigo Tronzado. A modo de homenaje, nuestro Ayuntamiento dedicó un busto a la memoria del alcalde. Se contaban por decenas la gente que se acercó al acto. Se contaban por decenas las palabras que describían su buen hacer personal y político. Pero hubo quien, al alabarlo, echó por tierra el acto.

Pepe, vuelvo a escribirte. Vuelven a mentarte, también. Hasta la alcaldesa llegó la influencia de tu Trigo Tronzado. Cito del periódico que te parafraseó: “sin memoria, no hay dignidad para las víctimas”. Y se mezcló un murmullo de esa misma rabia entre los aplausos. Solo un murmullo por respeto a las nietas del alcalde. Solo un murmullo por respeto a los ponentes. Solo un murmullo que aun así no se calló: “Cavada tiene la cara tan dura como la estatua de Varela”.

Pepe, vuelvo a escribirte. Tan solo dos semanas atrás el gobierno municipal perdió la excusa tras la que se escondía para retirar la estatua de Varela. La excusa eran las ayudas ITI, que iban a servir para remodelar la Plaza del Rey (dejándola a ras y extirpándole bancos y palmeras, otro cristo). Y desde entonces, nada se sabe detrás de qué va a esconderse para no quitar la estatua de Varela por dignidad.

Pepe, vuelvo a escribirte. Tan solo un mes atrás tuvieron que paralizarse las exhumaciones de todos aquellos fusilados que conseguiste listar. Todavía quedan víctimas de la violencia fascista en La Isla bajo tierra. Y el Ayuntamiento aún sigue pensándose el día que costeará escribir esta página de la historia por dignidad.

Y si te escribiera de más cosas, podría hacerlo de la mesa de trabajo donde las entidades de la memoria pueden participar y que sigue sin respuesta. Podría hacerlo de las calles que siguen alabando a los golpistas. Podría hacerlo de que en la tapia del cementerio siga sin recordarse que fue el paredón de fusilamiento. Menos mal que nos queda memoria, Pepe, porque podría volver a escribirte de la cara de la alcaldesa. No se le cae de vergüenza de dejar en la estacada a los muertos para los que dice querer dignidad. Tuvo razón la del murmullo.

Autor: PABLO J. MEDINA




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