
Cómo ha cambiado la solidaridad. Me acuerdo de los días de cuando era universitario. De cuántas tardes y noches había que pasar los nervios y los sudores para apoyar que no cerraran una biblioteca, para que siguieran abiertos locales alternativos, para que un barrio obrero de Graná apagara los fuegos que un alcalde irresponsable de derechas avivaba, para pacificar enfrentamientos ficticios con otros barrios, para que todo el mundo reivindicara lo de cada barrio y también lo de los demás.
Cómo ha cambiado la solidaridad. Seis años han pasado de aquellos tiempos granaínos a estos cañaíllas. Y la vida de barrio, por más que uno la busca, no la acaba de encontrar. Está ahí vareando la realidad, intentando construir esa vida, con frustraciones y con alegrías, paso a paso, pero es que uno lee y ve cada cosa…
Cómo ha cambiado la solidaridad. Ahora resulta que para ser solidario tiene uno que tener la cartera abierta y comprar jamón. Que por unos euros se lleva bebida y platito de jamón. Qué menos, que alguien de cartera ancha dedique su tiempo a comprar jamón, a comer jamón, a charlar y beber el dominguito de lo humano (que lo divino ya se lo han contado) sin preocupaciones. No vaya a ser que poner el dinero y el tiempo en ir a comprar juguetes, que dedicarse a organizarlos y a distribuirlos, que preocuparse por las necesidades de esos niños fuera del día de Reyes… no satisfaga las entrañas de quien va a comer jamón. Todo por los niños, que no se queden sin juguetes.
Se me vienen a la cabeza tardes duras de las que viví y de las que me están contando de aquellos barrios de Graná. Se me vienen tardes de rotuladores gastados, de tener que subrayar con ceras de colores. Se me vienen tardes de no tener qué merendar, de poner un poquito quienes podíamos para que todo el mundo merendara, aunque fuera algún quitahambres. Se me vienen tardes y noches de cortes de luz, de alumbrarse con velas. Se me vienen a la cabeza gritos de protesta y salir en volandas arrastrao por la policía, pero con la biblioteca reabierta.
Será que la solidaridad no cambia con el tiempo sino con los barrios. Será…
Autor: PABLO J. MEDINA